Los morillos son objetos metálicos que se introducen en la chimenea para sujetar los troncos de leña.
Tienen la forma de una barra horizontal que se adentra en el fuego sostenida por una pequeña pata posterior y dos anteriores. La parte frontal queda fuera de la chimenea adoptando la forma de barra vertical adornada con diferentes motivos.
Se suelen colocar dos, generalmente, con idéntico diseño y armonizados con la chimenea. Sobre ellos, se colocan los troncos más gruesos y sobre éstos, los menores y las ramas.